
Con nieve y guerra, así se estrena el nuevo año.
Atrás quedaron otros doce meses. Los del Yes We Can. El gran geocambio que me ha comprometido con mi bienestar.
Aquellos desordenes previos a la intensidad total y su destello de alegría.
En ese estado, sorpresivamente escuché las peores sensaciones de lo que puede sentir un ser humano en una selva hostil y aprensiva.
Diferencié la libre sensación, bajo el abrigo del Henry Pittier.
Para terminar, me posé bajo el cielo de Las Afortunadas. Escuchan…
…es el lejano silbido de sus migrantes.
Fotos: A.Vicent